En Francia se desarrolla un juicio que ha causado conmoción en la comunidad médica y judicial europea. El procesado es Frédéric Péchier, anestesiólogo de 53 años, acusado de envenenar intencionalmente a sus pacientes entre 2008 y 2017 en la ciudad de Besanzón. Según la investigación, manipulaba medicamentos durante cirugías rutinarias, provocando paros cardíacos en al menos 30 personas, de las cuales 12 perdieron la vida.
El fiscal Étienne Manteaux sostiene que Péchier buscaba provocar emergencias para luego “salvar” a los pacientes y presentarse como un médico brillante, al mismo tiempo que desacreditaba a colegas con los que mantenía conflictos. Aunque por años fue visto como un anestesista confiable y rápido en situaciones críticas, las repetidas coincidencias de colapsos bajo su supervisión despertaron sospechas. La investigación se aceleró en 2017 tras el paro cardíaco de una mujer de 36 años en plena cirugía, lo que llevó a revisar más de 70 expedientes médicos hasta identificar un patrón alarmante.
El juicio, iniciado el 8 de septiembre, se extenderá hasta diciembre y Péchier enfrenta la posibilidad de cadena perpetua. Pese a las acusaciones, el médico niega su responsabilidad y asegura tener pruebas para demostrar su inocencia. Mientras tanto, las familias de las víctimas exigen justicia, convencidas de que quien debía velar por la vida de sus seres queridos jugó con la muerte de manera premeditada.
