Un nuevo informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Comisión de Comunicaciones, Espacio y Tecnología de Arabia Saudita pone cifras al enorme desafío global: se necesitarán unos 2,7 billones de dólares para que, de aquí a 2030, toda la humanidad pueda acceder a internet. Actualmente, cerca de 2.600 millones de personas siguen desconectadas, lo que impide su participación en la economía digital y limita su acceso a educación, salud y empleo.
La brecha digital sigue siendo una cuestión de desigualdad
Las estadísticas son contundentes: mientras que en los países de altos ingresos el 93% de la población ya está conectada, en las naciones más pobres apenas el 27% accede a internet. La UIT subraya que cerrar esta brecha no es solo una cuestión de infraestructura, sino también de asequibilidad, habilidades digitales y marcos regulatorios modernos. El costo de desplegar redes de banda ancha en zonas rurales, reducir precios de dispositivos y formar a millones de personas requiere inversiones estratégicas y sostenidas.
¿Dónde están los mayores retos económicos?
La infraestructura representa el mayor desembolso, con un estimado de entre 1,5 y 1,7 billones de dólares necesarios para ampliar las redes a zonas actualmente desatendidas. A esto se suman casi 1 billón de dólares para hacer más asequible el acceso, 152.000 millones para fomentar habilidades digitales y 600 millones para modernizar políticas y regulaciones. La conectividad, dicen los expertos, no es un lujo tecnológico, sino una necesidad humana en el siglo XXI.
Una llamada urgente a la acción global
El informe concluye con un llamado a la colaboración internacional entre gobiernos, sector privado, instituciones financieras y sociedad civil. Los países menos desarrollados siguen quedando atrás, y sin un enfoque coordinado, que incluya desde inversiones en infraestructura energética hasta el uso de escuelas como centros de conexión, será imposible cerrar la brecha digital antes de 2030. La meta es ambiciosa, pero su cumplimiento podría transformar radicalmente el futuro de millones de personas.
